Herencias de miedo

24 may 2017 / 11:45 H.

Desde hace algún tiempo el hecho de poder recibir una herencia es una auténtica amenaza, una ruina, casi un castigo. No se pueden figurar la cantidad de dolores de cabeza que produce hoy en día una herencia que, además, si no es realmente voluminosa, capaz de solventar la vida de una familia para siempre, más vale no pasar ni por la puerta del notario para reclamarla. Los políticos de la Junta de Andalucía, quizás pensando que por estos pagos serranos y camperos sólo podían heredar los grandes terratenientes, los señoritos millonarios, han fijado unos impuestos de sucesión que asustan, que sobrepasan en mucho los de toda España. Así que un pobre hombre o mujer, jornaleros o empleados, que hereden un modesto piso de sus padres o abuelos, se ven obligados a renunciar al legado porque los impuestos le arruinarían. Son realmente herencias de miedo, como suelen serlo otras muchas en las que se trata de muchos millones. La de guerras familiares que causan si el testamento no está lo suficientemente claro. Hoy me viene a la memoria el recuerdo de Mario Moreno “Cantinflas”, el actor cómico que más admiré, porque la semana pasada falleció su único hijo, Mario Arturo Moreno Ivanova, a los 57 años. Cantinflas falleció en 1993 y dejó una herencia valorada en 70 millones de euros. Resulta que existían dudas de si Mario Arturo era hijo legítimo o adoptivo, porque se dice que no fue parido por la esposa de Cantinflas, Valentina Ivanova, sino fruto de una infidelidad del actor con una joven que pocos años después se suicidó. Un sobrino del cómico también reclamó la herencia y pasaron años de litigios por los derechos de las películas en los que el hijo de Mario Moreno se gastó casi toda la fortuna. Sí, existen de verdad herencias de miedo, malditas. En cambio otras son providenciales, como esa herencia de la que hablan los Pujol para justificar todas sus martingalas, toda la retahíla de infracciones, de delitos monetarios que, veremos a ver quién vive para verlo, puede llevar a todo el clan a la cárcel. Y es que en España esto de la herencia está siendo un recurso muy socorrido para tratar de justificar la tenencia de un dinero difícil de justificar. Bueno en toda España menos en Andalucía. Aquí es preferible confesar que has faltado al decoro antes que admitir que has recibido una herencia. Te cuesta el doble.