25 años de UJA

Este año la UJA cumple su cuarto de siglo. Han pasado muchas cosas, aunque el balance tiene que ser positivo, no tanto por la institución en sí misma, que también, sino por lo que significa como foco social, económico y cultural para una provincia como la nuestra, con carencias en todo y para todo. Pero que en este periodo también hay algunas cosas muy negativas, la principal seguramente es el cambio radical de la universidad hacia un modelo neoliberal y empresarial que nos pone, cuando menos, en un lugar raro, supeditados a otros intereses y con una capacidad de maniobra muy pequeña. En cierta medida es también algo nuestro, formamos parte de la España del ladrillo, en su sentido más nefasto, lo que nos ha endeudado como a casi todo en este país. Aunque lo peor de esto es la falta de un proyecto de consenso a su interior, la división por la gestión de los recursos, las luchas por el poder y la falta de diálogo merman mucho de su potencial y las energías, recursos y personal cualificado se disipan de manera simplista. Como no podía ser de otra manera a mí no me han invitado a ningún acto de esta celebración y aunque llevo aquí desde el principio cualquier cosa que le ocurra a la Universidad a mí me afecta, y este cumpleaños, quitando que me hace más viejo, no deja de ser también una celebración en lo personal.