Intereses muy interesados

13 abr 2017 / 11:48 H.

Cuando la banca estableció cláusulas abusivas, como la de suelo en las hipotecas —y otros productos— el Gobierno, por medio de los diferentes mecanismos y organismos de control que tiene, no hizo nada por evitarlo. Ni se dieron por enterados. Tanto aparato para nada en lo tocante a la defensa del ciudadano, del ahorrador, del consumidor. Se estableció un curioso y beneficioso limbo a favor de los bancos y, supuestamente, de sus accionistas. Y siendo, como eran, abusos de poder frente al desamparado ciudadano se permitió todo; cuanto más arrimasen a sus ganancias los bancos, mejor para ellos, naturalmente. El Gobierno favorecía con su pasividad —abstención activa indudablemente— los intereses de la oligarquía, que coincidían con los intereses de quienes gobernaban, en un descarado hoy por ti, mañana por mí. Si no llega a ser por las denuncias llevadas hasta los tribunales comunitarios las cosas hubiesen seguido igual. El robo, permitido. Fallaron aquellos en contra de la banca y a favor del ciudadano. Pues todavía el Gobierno labora por sus patronos.