Juicios y prejuicios

16 nov 2018 / 11:42 H.

Estaríamos asistiendo a un espectáculo lamentable del poder judicial si no fuera porque, como sabemos y comprobamos de continuo, los prejuicios de los jueces están presentes en sus juicios; al fin y al cabo son tan seres humanos como los demás. Estos prejuicios pueden ser sociales, religiosos y políticos. En nosotros pueden tener un pase; al fin y al cabo, no tenemos tanta trascendencia social como tienen sus decisiones. Los prejuicios ideológicos tienen peor fama, pues significa, para nosotros, que están adscritos a una ideología política o a un partido, lo que les impide pensar, valorar y actuar con independencia. El poder judicial admite en su composición vocales progresistas y conservadores; así que ya sabemos lo que esperar de ellos; además, sus jefes políticos, ya les han elegido un jefe, mermándoles la capacidad de poder elegirlo ellos mismos, según sus criterios. Cabe preguntarse si en vez de un poder, el judicial no es un subpoder del (o un poder al servicio del) poder político. Una pregunta más peligrosa de lo que pudiera parecer, pues nos jugamos mucho en la respuesta. Ahora, los vocales elegidos tienen la posibilidad de demostrar que son independientes eligiendo a otro presidente del Supremo distinto al elegido ya. ¿Lo harán?