La belleza

07 jun 2018 / 08:41 H.

Me he cruzado con un grupo de chavalas, adolescentes, que alegraban la vista y el alma. Seguramente iban a alguna de esas cenas de fin de curso o graduación que se prodigan al final de mayo. Contagiaban su alegría con su alegría, su esplendor primaveral, su frescura sin artificios. Era un grupito que irradiaba ilusión en cada uno de sus mínimos actos. La belleza. Podrían servir de reclamo en una campaña positiva frente a la vida, en un “gracias a la vida” cantado y sentido. Y yo iba, con mi bolsa de basura, directo al contenedor. Con la basura. Menuda metáfora, con la basura que nos inunda, con la basura que nos anula. Con esa grandísima basura que cercenará un futuro a estas chicas, que las dejará en dique seco, que les cerrará toda posibilidad de que se cumplan sus ilusiones. Como no tengo arreglo me puse a pensar, tras traspasarlas, qué porvenir les dejamos, qué horizontes, qué rutas para que se realicen, para que se superen, para que se sientan, luego que lleguen a adultas, personas completas y a cubierto de desprecios, discriminaciones, abusos.