La costumbre

02 jun 2016 / 17:00 H.

Una pintada en la esquina de uno de los institutos más emblemáticos de Jaén, con más de cien años de historia a sus espaldas, dice que “la costumbre es la ideología de los cobardes”. Expresión que lleva a considerar qué porcentaje de verdad puede haber en esta afirmación que nos invita a analizar algunos de nuestros comportamientos que, con demasiada frecuencia dan carta de naturaleza a actitudes, normas, conductas, que hasta el marco legislativo legitima con el susodicho ... según usos y costumbres.

Y no hay que rascar mucho en nuestra conciencia para comprender que la historia personal y social está plagada de auténticos usos y abusos de poder, actitudes de género, de justicia social, de apropiación indebida que ponen de manifiesto lo acertado de la pintada y lo incierto de la justificación tan manida de los usos y las costumbres.

Porque, es precisamente en los tiempos que corren, cuando se están produciendo cambios de tal calado y envergadura que nos enfrentan a situaciones donde lo que prima es la cultura de desaprender muchos de los principios inmutables que venían siendo asumidos como si de verdades intangibles se tratara.

Nos encontramos en la realidad diaria con una sociedad polarizada en la que la costumbre, el siempre ha sido así, se enfrenta a unos hechos tozudos, demostrables que nos ponen con claridad que estamos cometiendo errores de bulto de consecuencias medibles y evaluables que deberían ser corregidos en el mejor de los casos y eliminados o sustituidos en otros muchos.

Claro, que lo que siempre ha sido así, es que a nivel individual y colectivo ha habido una resistencia a lo nuevo, a lo diferente, que ha llevado a numerosas personas y colectivos al borde de la supervivencia. Como cierto es que a lo largo de la Historia las sociedades y personas han tenido la fuerza suficiente para abrirse camino en esta evolución constante que ha permitido nuestra supervivencia. Es hora de facilitar la creatividad y el talento.