La cultura de los juegos de rol

08 mar 2016 / 17:00 H.

El mundo de los juegos de rol sigue siendo un desprestigiado campo asociado a adolescentes frikis y descerebrados. Pero, en realidad, es innegable su gran relación con ámbitos artísticos como la literatura, el teatro o el cine, pues eso que hacen los roleros no es otra cosa que un juego de simulación teatral que parte, únicamente, de la sinopsis, sin un guión previo y fijo, pero donde, incluso, existe la figura del narrador, que dirige la partida mientras el resto de jugadores indaga en el desarrollo de sus propios personajes. Por lo tanto, la ambientación y la temática de estos juegos son tan infinitos como nuestra propia imaginación, y no sólo nos permiten vivir en primera persona todo tipo de situaciones —que además de ser fantásticas, pueden estar basadas en acontecimientos históricos reales u otros productos artísticos, con todo el conocimiento que esto aportaría—, sino que, además, permite desarrollar características tan importantes como la empatía o la inventiva, lo que debería bastar para ser puesto en práctica dentro de un utópico entorno educativo.