La hora oficial

17 jun 2016 / 10:15 H.

Comienzo a escribir este artículo un día de junio con luz solar y pienso que ya es llegado el momento en que el Gobierno actual o quizás ya el futuro que saldrá de las urnas el día 26, tome cartas en un asunto que al parecer preocupa poco al común de los ciudadanos, pero que tiene gran importancia en las costumbres y en el ritmo de vida de todo el país. Hablo del desfase entre la hora solar y la hora oficial en España. No es de recibo que en este momento el sol esté aún lejos de su ocaso, cuando son las diez menos cuarto de la noche. Los españoles tenemos que vivir de forma diferente al resto del mundo porque nos levantamos más temprano de lo normal y nos acostamos más tarde de lo que sería lógico si estuviésemos en la hora que nos corresponde por nuestra situación geográfica, que es la hora del meridiano de Greenwich, que también pasa por la provincia de Castellón, o sea la hora inglesa. En mis viajes al extranjero observo que la hora de comer suele ser alrededor de la una de la tarde y la hora de cenar sobre las ocho de la noche, con lo que se consigue que el común de los mortales se retire a descansar no después de las once de la noche, costumbre a la que ayuda también que la hora llamada “prime time” en la televisión se sitúe alrededor de las nueve de la noche. Este horario es imposible de conseguir en nuestro país, pues ahora que estoy finalizando esta reflexión son las diez de la noche y todavía hay luz solar en mi despacho. Según informes que se han publicado sobre este tema, parece bastante sensato asegurar que si se retrasase una hora para acomodar el reloj oficial al que nos corresponde, las costumbres serían mucho más racionales, nos levantaríamos a la misma hora, pero sería más tarde, y en invierno ya habría luz natural, comeríamos una hora antes y seríamos más productivos. Además, este mejor ajuste entre la hora oficial y la hora solar contribuiría a conseguir que los horarios de trabajo y comercio fuesen mucho más favorables para que los miembros de todas las familias disfrutasen de más tiempo en común. En mi modesta opinión, este cambio no debería ser motivo de controversia, si no de unión entre todos.