La Pasión continúa

31 mar 2016 / 17:00 H.

Acaba la Semana Santa pero la Pasión continua: los pobres siguen siendo pobres y los refugiados siguen siendo despreciados a las puertas de la Europa orgullosa de su democracia y su libertad. Hemos vivido una semana santa orgullosos de “nuestros Cristos y nuestras Vírgenes”, salvo algún día de lluvia. Nuestras conciencias religiosas han gozado y hasta la economía ha respirado. Y para completar el esplendor procesional todos han estrenado algo que lucir luego en los desfiles. Los buenos cofradieros han vibrado cada uno a su manera, viendo, al son de una buena marcha, el caminar pausado y acompasado de la imagen sagrada atravesando la ciudad. Mientas tanto, “otros cristos y otras vírgenes” venidos del otro lado de la pobreza siguen anclados en la miseria y en la desesperación en Lesbos, en Presevo, Idomeni, en Atenas o en Turquía. “Estos cristos” no han lucido nada, no han estrenado nada, no pintan nada y estorban en todos sitios. Más bien son obligados a seguir “su Gólgota y su Calvario” a la espera de algún Cireneo o alguna Verónica que se compadezca y ayude a llevar la cruz pesada o secar su rostro roto de miseria y desprecio, que seguramente nosotros cargamos sobre sus espaldas. ¡Qué injusta es esta vida que hacemos entre todos!