La pobreza se repite

La muy zorruna, hoy como ayer, y tal vez mañana, la hambruna se repite como la morcilla cargada de cebolla y pimentón. Grandes perolas de Auxilio Social más arriba del Pilar del Arrabalejo sobre la acera, o en las puertas del colegio de La Victoria (hoy Subdelegación del Gobierno central daban de comer a unas criaturas que no nacieron con un pan bajo el brazo sino con los golondrinos de la pobreza más atroz. Nada ha cambiado. Todo sigue igual por mucho eufemismo e incongruencia “posmodernistas” que están en contra de repartir a quien lo necesita. Políticos con miopía progresiva, ya que no ven, por eso son miopes, la cruda realidad que azota a esta piel de toro, machaconamente pisoteada por quienes tenemos cuchara y tenedor y comemos a dos carrillos todos los días, más las fiestas de guardar. Ánimo, animosas Cáritas, Padre Ángel, Cruz Roja, Comedor de San Roque, más otros “ejércitos” que no llevan munición en sus manos, sino pedazos de pan para quienes comer todos los días es una aventura complicada. La pobreza, la muy zorra, se repite. Me viene a la memoria aquel comedor de San Luis (bajos de la Diputación) comiendo acelgas con garbanzos porque comer en casa era una odisea.