La resignación

22 jul 2018 / 11:07 H.

Si alguien espera que Jaén se levante una mañana de verano y diga “me cambio de arriba abajo, estoy desengañada, no puedo seguir siendo la última....”, es que no conoce ni Jaén ni a los jiennenses. Tuvo que ser un poeta alicantino, clamó: “Jaén levántate brava, no vayas a ser esclava...” Miguel Hernández, harto de ver el día a día de la buena gente de nuestra tierra: utilizada, humillada y ¿conforme?... bueno al menos resignada, entregada a la voluntad de otros. El poeta ruega, pide a Jaén: algo imposible. No sé si es derrotismo, hiperrealismo ó relativismo. Es un claro error. Tenemos los ejemplos de Málaga y Almería. Nuestras provincias hermanas eran lo último de lo último: olvido, abandono y atraso. Sin embargo, han aprovechado la democracia para hacerse valer y salir de esos puestos de cola, siendo además pioneras en cuestiones antes impensables. Jaén sigue emigrante. Sabemos que ser la última no es un “sino” del destino ni de la geografía. Aunque poca esperanza se puede tener, dicho sea con respeto, en una sociedad cuando el 80% de sus universitarios quieren ser funcionarios. ¿Quién se mueve? Ahora Granada, Jaén nada.