de bronce

08 ene 2019 / 09:16 H.

Custodia Romero quiso vivir sus últimos años con los suyos, en La Carolina. Y allí sigue. Solo ellos, pocos entendíos del flamenco y menos aún chismosos de la historia local, la recuerdan. Aunque ahora tenga una calle. Hace poco, ¿eh?. Y que ha costao, ha costao. Mujer, gitana y bailaora, que no cantaora, si no, otro gallo hubiera cantao. Custodia Amalia Romero Cortés, registrada en Baeza cuando tenía ya 29 años, sus padres eran ancianos y ella una artista internacional. No es que llenara teatros, es que anunciarla y colgar el no hay billetes era todo uno. En España, en Europa y allende los mares... ¿Discos? Con sus zapateaos, de bailaora. ¿Cine? Mudo, como bailaora. Y hasta cantaora. En los escenarios patrios se codeaba de tú a tú con Raquel Meller y en los foráneos con Josephine Baker, la venus negra que escandalizaba al planeta. ¿Qué le faltaba? Ser la mujer morena de Julio Romero de Torres. ¿Más? ¡Hollywood! Eso sí, la discreción por bandera. La familia, primero. Y cuando dijo hasta aquí hemos llegado buscó a los de su sangre. Se fue pá La Carolina con los baúles de artista. Con magníficos trajes, me cuentan, vestidos, ropajes, galerías sin tiempo de valses o sevillanas. De bulerías, de bailes de gala o de salir de compras. Esa era la Custodia, la que el mundo conoció como Venus de Bronce.