Las buenas historias

09 dic 2017 / 11:31 H.

La edad de las cosas que nos rodean tiende a ser la misma que la que a día de hoy, cada uno de nosotros tenemos. El tiempo nos lleva con más o menos prisa desde el lugar de nacimiento, hasta donde sea que esté la meta. A lo largo de esta carrera tan individual y a la vez tan competitiva vamos sumando a la vida todo aquello que por el camino descubrimos, aprendemos, y que para siempre nos acompaña. Como si de un gran fichero se tratara seleccionamos cronológicamente datos recogidos exclusivamente para recordarlos. Todo lo acontecido bueno y malo, acaba ocupando un sitio dentro o fuera de nuestra memoria, todo lo que a nuestro alrededor sucede bueno y malo, tiene también su espacio en la mismas las fichas. De donde quiera que guarde el alma los recuerdos nace la auténtica edad de lo que fuimos, de lo que somos y de aquello por lo que queremos ser recordados. Del congelador de la historia más reciente de nuestra provincia, han seleccionado para esta exposición un siglo de buenas noticias que en blanco, grises y en color demuestran que no todo está olvidado.