Las feministas estamos locas

09 jul 2018 / 08:27 H.

Ea, que las feministas estamos todas locas, como una cabra, vaya! ¿En qué cabeza cabe que no te guste que un desconocido te agasaje con un piropo por la calle? Madre mía, si es que no aguantamos nada... No es difícil entender que una mujer que camina por la calle sola no tiene por qué escuchar a alguien que le diga “guapa” —esto en el mejor de los casos, porque, por lo general, los “piropos” hacen alusión a tu culo, tu escote o lo que les apetece hacer a ellos contigo—. No es raro comprender que una persona no tiene por qué estar escuchando cosas de desconocidos que se encuentra a su paso. Un poco antes de escribir esto, he publicado en Facebook una microrreflexión sobre esto, e insisto: Si esa mujer a la que te apetece decirle algo va acompañada de un hombre, al que supones su pareja, ¿le dices algo? ¿le incordias con tus pensamientos sobre su físico o tus ganas de hacer algo? Seguro que la respuesta es “no”, y esto es peor aún, porque tu respeto se dirige hacia ese hombre, y no hacia ella... El camino hacia la igualdad y la equidad es largo, pero mujeres y hombres tenemos que construirlo.