Las maletas de la emigración

06 nov 2018 / 11:35 H.

La tasa de desempleo de Andalucía nos sigue poniendo en el furgón de cola de las regiones de este país. El porcentaje debería ser motivo de bochorno para quienes dirigen esta comunidad desde hace décadas; si bien este fracaso no otorga el derecho de rasgarse las vestiduras a quienes, desde los gobiernos de otro signo político y las instituciones centrales de poder, tampoco han querido o sabido cambiar este desgraciado rumbo histórico. Porque son más que indicios los datos que confirman una vez más a nuestra tierra como la reserva nacional para la exportación de parados. Cierto que las cosas han cambiado respecto de aquella antigua migración de familias que quería salir del subdesarrollo agrario en tiempos pasados. Hoy —dicen— están mejor preparados; salen con estudios, incluso universitarios, y en aviones de bajo coste hacia Europa; muchas veces se lanzan a una aventura incierta que les espera al otro lado del Atlántico. Otros muchos necesitan buscar un puesto de trabajo digno en zonas de España donde la juventud cuenta aún con oportunidades. Pero como siempre, seguirán llevando un paquete de nostalgia en sus maletas y el sueño de volver en sus corazones.