Las maletas de los niños

19 jul 2017 / 11:20 H.

Acabado el curso escolar y recibidas las notas con los resultados de su esfuerzo, apenas tuvieron una semana para preparar la maleta y cambiar de escenario de vacaciones. El pasado fin de semana, como lo será el próximo fin de mes, y nuevamente a mediados de agosto, hasta un mínimo de cuatro veces, un elevadísimo y creciente número de niñas y niños de toda condición y edad se ve obligado a portar una maleta con sus pertenencias que le llevará a otro destino familiar donde pasará parte de sus vacaciones. El denominador común de todos los afectados es que se trata de acciones obligatorias y decididas por mayores que indudablemente desean aliviar de la mejor manera situaciones derivadas de otras circunstancias familiares. Lo importante de estos casos es que aunque aumenten haciendo que sean vividos por miles de niñas y niños, al final hablamos de personas con rostro, nombre y apellidos y, eso sí, extraordinariamente vulnerables a estos cambios que buscando resolver situaciones familiares, producen efectos directos en los pequeños y colaterales en los entornos familiares que deberíamos evaluar y considerar.

Y es que la realidad una vez más puede superar a la imaginación si descendemos a las casuísticas que se producen analizando las distintas posiciones de partida de los chicos y chicas que las viven. En los distintos tramos vacacionales, situaciones favorables de partida pueden verse muy perjudicadas por la angustia en que se vive la terminación de las mismas a plazo fijo y sin solución posible. La inversión de la situación de partida no favorece en nada estos cambios que no dejarían de ser una especie de tobogán caprichoso que divide sus vacaciones en una prueba para los nervios. Naturalmente que no todos viven esta situación. No olvidemos los que van de desencuentro en desencuentro o los que por el contrario encuentran ambientes favorables, aunque incompatibles entre sí. La estabilidad emocional de los más pequeños de la casa, nuevamente está sometida a riesgos que nos indican que la solución dada a los asuntos de y por los mayores sigue estando muy lejos de evitar daños colaterales con las medidas actuales.