Libertad sin ira

30 jun 2016 / 18:00 H.

Quienes más hablan de libertad luego no están dispuestos a dársela a los demás. Por eso no fíen de tanto bocazas y tanto movimiento ruidoso clamándola, son mentirosos, solo la quieren para ellos, para que se les permita todo lo que se les ocurra, a veces directamente en contra de los demás. Niegan los derechos que otros reclaman incluso violentamente. ¿Qué hace la alcaldesa Colau permitiendo a una pretendida poeta la libertad de declamar una sarta de idioteces y negándose a facilitar que muchos ciudadanos disfruten de unos partidos de fútbol? Y esos autotitulados antisistema, ¿a qué sistema se refieren?. Memeces y fanatismos. Si los que en su derecho y el nuestro quieren regenerar al país debieran pensarse que no es acudiendo a prácticas que denunciaban, es aplicando la libertad de verdad, completada con el respeto a los otros. Este respeto no significa tolerancia con prácticas antisociales, ni corruptas o mafiosas. Y esto sí que es, de verdad, gobernar en el respeto pero en la efectividad del cada día y del hora a hora. Gobernar para los intereses generales, no para una minoría por muy avanzada del proletariado que se sienta o diga. No podemos dar la vuelta a la tortilla, meramente como fórmula de estar ahora en el poder y abusar del mismo. Para eso estarse quietos. España no es Venezuela, aunque se parezca a Italia.