Lo que viene

Sánchez ya es presidente y en Cataluña no ha ocurrido nada destacable desde 2.012 hasta 2.023. No hubo ni por asomo rebelión, sedición, malversación y proclamación de independencia. Nada de eso ocurrió. 0 al menos eso es lo que ha exigido Puigdemont para otorgar al candidato los votos que necesitaba. Se borra de un plumazo todo vestigio de semejantes desafueros. Si me apuran Puigdemont salió de España para una larga gira promocional de su Cataluña y en cuanto la acabe volverá en olor de multitudes como claro ganador. Por contra Pedro entró el miércoles al Congreso erguido y el viernes salió de rodillas ante Junts, PNV, ERC y BNG. Ellos marcarán el paso de lo que viene. Los que no deben marcarlo son esa pléyade de energúmenos amparados por Abascal que llevan noches ante la sede de Ferraz intentando alcanzar en burricie a aquellos cachorros catalanes que en el 17 pusieron las calles de Barcelona patas arriba, los contenedores de basura ardiendo y la cabeza de algún policía sangrando a chorros. Aunque ahora se haya demostrado que nada de aquello ocurrió lo cierto es que ocurrió y los ultras del foro no quieren ser menos. Los indepes exigirán hasta la extenuación. Sánchez cederá hasta que le pongan en las narices el proyecto de autodeterminación y ahí concluirá la legislatura.