Los últimos de Filipinas

12 feb 2017 / 11:27 H.

Hace pocas fechas se ha estrenado en el cine una nueva versión del acontecimiento real ocurrido en Filipinas (1898), reproduciendo el hecho histórico de unos soldados que son considerados por algunos como locos y héroes por otros. En la iglesia de la localidad de Baler un destacamento de 50 soldados españoles —entre los que estaba Felipe Miguel Castillo natural de Castillo de Locubin , soldado de segunda, de 20 años de edad— soportaron durante 337 días el asedio de los filipinos que utilizaron la fusilería y un cañón. Sin posibilidad de reponer víveres aquellos militares plantearon cara a unos 2.000 enemigos, al hambre y a la enfermedad, no haciendo caso en las diferentes ocasiones en que les comunicaron que la guerra había acabado, y se rindieron solo cuando tuvieron la certeza del fin de la contienda. Las condiciones verdaderamente infrahumanas en las que mantuvieron su posición han dado lugar en el tiempo a que lo que, al principio, se consideró como una de las páginas más brillantes de la Historia Militar de España, después, en nuestro tiempo, sea considerado como un acto de tozudez colectiva que se acercó, en opinión de algunos, a la ridiculez. La película de Antonio Román de 1945 está basada en uno de los relatos escritos por el superviviente Saturnino Martín Cerezo: “El sitio de Baler. Notas y recuerdos”, publicado en 1904. Esta versión cinematográfica (proyectada por la Segunda Cadena de T.V. E. en el mes de Enero de este año) intentó resaltar los valores del heroísmo, la amistad, la religiosidad, la ciega obediencia a la jerarquía militar y eclesiástica y la desconfianza sobre el resto del mundo que no participara de aquellos valores. En 2016 se ha vuelto a una nueva versión de aquel hecho dirigida por Salvador Calvo en la que se cuestionan la mayor parte de aquellos valores resaltando los disparates que a lo largo de la Historia se han realizado intentando justificarse en nombre de la patria, la libertad, Dios, la fraternidad, la democracia, la conciencia universal... incluso poniendo en duda adonde fueron a parar los 270 millones de dólares que los Estados Unidos pagaron por la cesión del gobierno español de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Como todos los actos humanos posiblemente tanto los defensores de los valores que se atribuyen en la primera versión como la de los que pretenden encontrar los de la segunda se hayan plenamente contaminados por el tiempo, las mentalidades y los valores cambiantes que caracterizan nuestros días. Es difícil, a mi juicio, encontrar una verdad total por lo que deben seguir abiertas las investigaciones para intentar acercarnos a la verdad del hecho histórico.