Me importa un pimiento

16 jun 2016 / 17:00 H.

Quién haya ganado el debate a cuatro. Quién llevaba la corbata roja o quién fue sin chaqueta. No me preocupa que Pedro gustara menos que Pablo, (mi favorito en los Picapiedras es este último). Me da lo mismo si Albert fue más agresivo que Rajoy. Tras ellos hay un ejército de asesores que les indican lo que han de hacer. Nadie salió a ganar, nadie quería perder. A nuestros candidatos tampoco pareció importarles mucho la violencia de género, ni otros temas que a mí sí me preocupan. La cultura siempre ocupa un lugar secundario, como diría Rajoy, ahora, lo importante, es crear empleo. Qué más da si es de mala calidad, si los trabajadores cobran menos por hacer el mismo trabajo en la misma empresa. Si hay nómina hay olla. Nada más fácil que cobrar impuestos a los que nos tienen bien controlados. Para que vamos a investigar el fraude, qué pereza contratar más inspectores de Hacienda, con lo fácil que es echar mano a los datos que pasan las empresas de sus empleados. No me importa quién ganó el debate. Me importan las personas que, aun trabajando, no pueden llegar a final de mes. A las que se les acaban las prestaciones, nunca antes hubo tantos parados sin cobrar ninguna ayuda como ahora, o a las que buscan su primer empleo con tanta ilusión como desencanto. Me importan mis hijos, no sé qué ley educativa les guiará en su camino. Me importan los ancianos, esos que mueren solos, a veces, esperando que aprueben su expediente para la Ley de la dependencia. Me importan los refugiados, el 95% de los niños que llegan vienen solos. ¿Se imaginan ustedes a sus pequeños atravesando un continente, un mar, sin nadie de su familia que los apoye? Podría seguir, pero creo que no es necesario. No sé si hablo por más gente o solo por mí, pero me gustaría que, de una puñetera vez, los políticos se pusieran de acuerdo en resolver los problemas que de verdad importan a la gente. Que no se olviden de nosotros cuando pasen las elecciones, que pacten, si es necesario hasta con el diablo, pero que empiecen a trabajar para sacarnos de esta crisis que, además de económica, también es de valores.