Menores

09 feb 2018 / 09:05 H.

Han sido protagonistas de algunas de las noticias más truculentas de las últimas semanas. La primera, la muerte de una pareja de mayores en Bilbao a manos de unos menores que, supuestamente, tenían como objetivo robarles en el barrio de Otxarkoaga. Tenían a los vecinos atemorizados y, en esta ocasión, dieron un paso más al acabar brutalmente con la vida de los dos ancianos de 87 años. Se los conocía pero nada sirvió para prever lo ocurrido. La segunda, la menor de 11 años que dio a luz a un bebé y se investigaba si la paternidad correspondía a su hermano de tan solo 14 años. Los padres, supuestamente, desconocían tanto el embarazo de su hija como el hecho de que su propio hermano mantuviera relaciones sexuales con ella. Sin palabras. El tercero, el caso ocurrido en un municipio jiennense que ayer fue portada en informativos nacionales: investigan el caso de un menor de 9 años que, supuestamente, fue violado por compañeros de su colegio durante el recreo. Escalofriante. Con independencia de los respectivos contextos en los que se han registrado estos hechos, tal vez sea necesario responder a muchas preguntas por parte de todos, absolutamente todos —incluidos los menores en sus familias y en las aulas—, sobre qué está pasando y cómo ponerle freno.