Mi gozo, en un pozo sin agua

22 mar 2017 / 11:15 H.

La ilusión viene a ser como ver en la distancia del desierto un chiringuito donde poder tomarse una limonada o una cerveza de cebada y lúpulo y no de otros raros ingredientes. Eso me pasó con la vestida de largo de nuestra Catedral para ser Patrimonio del mundo diverso. Pero no. Ella seguirá esperando, y quien espera desespera, como novia en la puerta de la iglesia para decir el sí, te quiero, hasta la consumación de los días. Su deterioro es evidente. No sé cuántas vidrieras están lisas como noche de luna llena. Tejas, tejados y otras gangarreras en desperfecto uso, son la causa evidente de que nuestro hermoso templo catedralicio hará un largo turno de espera. Mi gozo, en un pozo sin agua y está pidiendo auxilio para salir de tan negro porvenir, tan oscuro, ya digo, como el presente de un carbonero. Esta noche consultaré a mi confidente almohada el porqué en Jaén ocurre lo que ocurre. Si mi almohada no me contesta, abro la ventana y la tiro al gigantesco álamo blanco que está más debajo de mi balcón. El himno que le hice a mi amada Catedral lo meteré en mi relicario de taracea con olor a sándalo. Algún día lejano lo abriré a la vida.