Moción inútil

25 jun 2017 / 11:10 H.

La moción de censura se llevó a la Constitución Española con un afán constructivo, de ahí que técnicamente se la llame “censura constructiva”. Supone que solo puede salir adelante cuando hay un candidato que consigue la mayoría de los diputados de la Cámara. Así se evita la tentación de “derribar” gobiernos sin alternativa. Aquí llega Pablo Iglesias, líder de Podemos, candidato inoperante puesto que es el político que más rechazo provoca en España. Utiliza la moción en su propio interés y parece que no le ha salido ni medio bien. Sus compañeros de viaje: los separatistas y los Bildu. Ha sido una estratagema más para abusar de las instituciones, dañarlas, erosionarlas, hacer que la gente no crea en nada. Y en río revuelto, pues ya saben: humillar al PSOE que en esas fechas estaba pendiente de su Congreso, enumerar una relación de los casos de corrupción del PP, ¡que ya hastía a los españoles! y todos sabemos. Fue ridículo el recitar “su” historia de España, como si los que lo votaron lo hubieran hecho por sus dotes de historiador. Soluciones: ninguna. Arrimar el hombro, tampoco. Un viaje a ninguna parte, moción inútil.