Moncloa no es la meta

Lo ocurrido el 23J no es tan fácil de analizar como podría parecer, lo que los españoles han dicho con su voto no es tanto que quieren una política de grandes pactos, qué quizás también, si no que vuelva un bipartidismo complejo. Me explico: ni PP ni PSOE han pensado que puedan gobernar sin sus respectivas alas a la izquierda (Sumar), ni a la derecha (VOX), que los ven como parte de sus alianzas naturales; de hecho, son estos dos partidos quienes les hacen significativos, ya que el PP y el PSOE no se diferencian tanto, son con quién conviven los que les hace diferentes. Así pues, no habría problemas si no fuera porque España tiene sus particularidades, y es que lo local, que aquí se llama nacionalismo (que los hay igualmente con marchamo de izquierdas y derechas), juega de manera significativa en la configuración del espectro político y terminan siendo la clave del gobierno. El tiempo nos dirá, pero la cosa está así: Alberto Núñez Feijóo no puede gobernar con VOX, porque no puede destruir el Estado de Derecho por sentarse en la Moncloa. Y Pedro Sánchez no puede gobernar apoyándose en el nacionalismo anticonstitucional y radical por el simple hecho de que puede hacerlo. En definitiva, lo que los españoles han dicho es que la Moncloa no es la meta, sino el camino para una España más social, justa y equilibrada.