Movido curso político

17 sep 2018 / 12:02 H.

No fue fruto de la casualidad la elección de Albanchez de Mágina para empezar un curso político que se presagia movido por culpa de trifulcas internas en forma de historia interminable. La dirección provincial del Partido Popular, encabezada por Juan Diego Requena, plantó buena cara al mal tiempo y, en una tarde con todos los honores de un adelantado otoño, optó por hincar bandera en tierra hostil para ocultar cualquier atisbo de temor al enemigo más íntimo. Recapitulando. Lo que ocurre es este bello rincón es que los vecinos eligieron a un alcalde “popular” en las últimas elecciones municipales y, sin embargo, la legislatura terminará con un dirigente a punto de afiliarse a Ciudadanos. No hay más leña que la que arde. Alejandro Morales, acompañado de un representativo puñado de compañeros de ruta, abandonó su partido y, tras aquel congreso provincial en el que la segunda fuerza política de la provincia saltó por peteneras, mueve los hilos del Ayuntamiento desde el cajón de sastre del grupo de los no adscritos. Fue uno de los militantes más críticos con San Clemente y, fiel a sus ideales, siguió hasta el final de la mano del verdadero líder del movimiento municipalista que se enfrentó a la dirección de su propia “casa”, Miguel Moreno, para ser presidente y modificar el rumbo de los acontecimientos. Sobran los motivos para justificar el comienzo de una cuenta atrás, al más puro estilo de estreno de curso político, en un lugar complicado con vistas a unas urnas en las que la división del electorado está servida en bandeja.

La estampida de concejales y la desintegración orgánica de la agrupación local, con un único edil subido en un barco a la deriva, obligó al remozado Partido Popular a nombrar a una gestora, estrenar sede y, como se escribe en el argot taurino, intentar coger el toro por los cuernos. No será fácil comenzar de nuevo después de tanto camino andado. Los afines al alcalde, por aquello del derecho al pataleo, redactaron un comunicado, acompañado de la fotografía que acompaña a esta crónica, en la que exigieron la urgencia de un congreso extraordinario en el municipio en cuestión para elegir presidente. Se presentan como “afiliados del Partido Popular de Albanchez de Mágina de toda la vida” y se quejan de “marginación” y “ninguneo” informativo por parte de la dirección provincial. Auguran un futuro “pésimo” en términos electorales, con la pérdida de representación institucional, si se utilizan las mismas artes estatutarias que se usaron en aquella cita en la que el alcalde de Porcuna pasó de ser ganador a perdedor en lo que dura un pestañeo.

La historia se repetirá, en los próximos meses, quizás semanas, en otros tantos municipios en los que sus alcaldes protagonizaron la estampida. Son los mismos que están a punto de escenificar la llegada triunfal a la formación naranja, a la que aportan experiencia, estructura municipal y está por ver si votantes. San Clemente nombró gestora en Porcuna en Aldeaquemada y a punto está de abrir nuevas sedes. En Castellar sigue en funcionamiento la misma directiva, despojada de la presencia y la militancia del alcalde, y queda por conformar equipo en Cárcheles. El Partido Popular se rearma, de esta forma, para llegar fortalecido a unas elecciones autonómicas que servirán de ensayo para la verdadera prueba de fuego: las municipales de 2019. Será entonces cuando afloren las secuelas de aquella batalla campal de un congreso en el que, eso sí, hasta el más sabio en esto de la política aprendió de lo lindo.