No es eso, ministro

07 may 2018 / 08:27 H.

Que la publicación de la sentencia de “la manada” y su voto particular, por polémicos que sean, hayan provocado tantas y tan grandes reacciones es preocupante. Los jueces, que son un poder del Estado, cuando dictan sentencia aplican la ley al caso concreto tras valorar en conciencia las pruebas y lo hacen con mayor o menor fortuna, lo que tiene remedio por el sistema de recursos del Estado de Derecho; en lo penal rige la presunción de inocencia y el principio jurisprudencial ‘in dubio pro reo’, pero no tienen en su mano forzar, violentar ni cambiar la ley —lo que compete al Parlamento— sino aplicarla. Los errores de los jueces, sin improvisación, o son de interpretación y valoración o evidencian fallos del legislador o falta de técnica. Los juicios mediáticos y el clamor generado no son buenos y revelan la necesidad de revisar los tipos penales que protegen la libertad sexual, lo que no debe hacerse “en caliente”. En este guirigay algo rechina: al bueno de Rafa Catalá se le han debido cruzar los cables o no ha dicho todo lo que sabe, no parece razonable poner en duda la idoneidad de un magistrado ex post; cualquiera tiene un mal día, lo demás es opinión jurídica respetable y recurrible, pero sin olvidar: “zapatero a tus zapatos”.