No es un sueño, es real

29 oct 2016 / 11:03 H.

Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Así decía Segismundo, de Calderón de la Barca en la sublime obra “La vida es sueño”. En nuestra querida provincia, nos despertamos muchas mañanas, frotándonos los ojos, y pensando si todo era un sueño, y si ciertamente vivimos en esta realidad. No es posible, pero es verdad. Las ilusiones que inspiran nuestros mundos oníricos, topan con la realidad de los lunes, con datos fríos que estremecen. Volvemos del país de nunca jamás, a la humilde vida de un Peter Pan con los pies en el suelo, incapaz de saltar a volar, que escribe “si lo sueñas, se hará realidad”. Para ayudarle a despertar, un dato: la provincia de Jaén, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre, es la que más paro tiene de toda España. Un 33,32%. En el mismo periodo del año anterior, nos “ganaba” Cádiz, por pocas décimas, pero ahí que la gaditana, ha generado empleo suficiente en un año como para dejarnos ocupar la penosa primera posición del paro del reino. Si analizamos el paro femenino, los datos son escandalosos llegando al 39,12%, que duplica la media nacional. En este santo reino, del nunca jamás, jubilado Segismundo, y parados Wendy y Peter Pan, cada vez más divergente de una España con el 18,91% de paro, e incluso de Andalucía con un 28,52%. Y ¿cuál es la solución? Volar. Nadie pone encima de la mesa soluciones, cuando cientos de jóvenes, despiertan en otras ciudades, con la idea de volver, y volverán, pero sólo en Navidad. No es un sueño, es real. Ya conocemos el aforo de aceite para la próxima campaña. Un buen dato. 542.000 toneladas de “aceite y pan”, “mis veinte jornales”, y otra vez a batir récord de paro en el tercer trimestre. Y todos tan felices. No es un sueño, es real, y superaremos el aforo, con toda seguridad, gracias a las fincas de regadío artificial. Ni el cielo nos riega con el proceso natural. Jaén, siglo XIX, se constituye la Cámara de Comercio, que defiende los intereses de las empresas de la provincia, sirviendo de interlocutor con la administración, organización que fomenta la competitividad, y siendo un referente de la necesaria internacionalización de las empresas. Hoy, 130 años después, los dirigentes de la cámara, asfixiados por las deudas, embargados y sin recurso cameral, arrojan la toalla, agotados, y sin apoyos. Demasiadas cargas del ayer, nublan los proyectos de futuro. No es una pesadilla, es real. Y la cámara de Jaén, se nos va. Y así, al despertar, nos vamos al campo de La Victoria, etimológicamente en referencia a otra ilusión, y vemos como padece en lo deportivo y en lo institucional nuestro querido equipo local. En este estadio, tan joven y tan viejo, tan vanguardista y tan feo, tan nuestro y tan suyo, dónde hasta la selección española, pasa de largo, ni con Macedonia quieren aquí jugar. La única capital de provincia sin ver a su selección, es de vergüenza. Ese campo que es el testigo imparcial de tantas batallas de gloria, de un club que nació en 1922, y que ve amenazado su centenario. Su presupuesto apenas puede tapar los destrozos del pasado. A la espera de un inversor, contamos los años hasta los cien, esperando que ningún acreedor en su sano juicio, denuncie un convenio, pues nada cobraría en la extinción. La estrategia, correr la banda, y sobrevivir con jugadores jienenses amateur. No les piten por favor. No es un sueño es real, es y seguirá siendo Real, Real Jaén. Y Segismundo, con lo suyo “A reinar fortuna vamos; no me despiertes si duermo, y si es verdad, no me duermas”.