“No habría espacio para todo lo que ocurrió”

29 ene 2018 / 08:56 H.

Ayer noche, día 27 de enero, tuve el placer de asistir en el teatro Infanta Leonor a una obra de arte, sí, digo bien, el pedazo de concierto que dieron mis excompañeros de Apache junto con otras magníficas actuaciones. La magistral obertura, que para mí fue como un film, que en pocos minutos describió los comienzos tan duros y, al mismo tiempo, divertidos y mágicos de esos años, en concreto 1979. Me emocioné, eran unas canciones de nuestro primer LP, Sobrevivir. Fueron años duros para muchos músicos de la movida de los 80 y no fue fácil el comienzo, éramos muy jóvenes pero con muchas ganas de hacer cosas, nuestra vida solo era trabajar en los ensayos y perfeccionar todo lo que sonara a música. Seguidamente empezó el espectáculo, donde se creó un silencio sepulcral, todo el público atento y escuchando ese magnífico repertorio que nos transportó a diferentes décadas, Pink Floyd, Toto, Kansas y muchos que me dejo en el tintero. Quiero mencionar esa gran dirección de mi compañero, gran persona y mejor músico Rogelio Rojas, trabajador incansable y que tanto está haciendo por la música en Jaén, unos arreglos magistrales y con mucho corazón, llevando por un camino perfecto, entre compases llenos de armonías, a esa pedazo de orquesta sinfónica, la Joven Orquesta del Sur. La aparición espectacular del gran tenor que tenemos en Jaén Miguel Ángel Ruiz que, además, me enorgullezco de tenerlo de compañero dando clases de canto en la UPM, él de clásico y yo de moderno; la soprano con una voz preciosa y cristalina que hace poner el bello de punta, Mar Blanco; Acrobalia, que vistió de emoción las intervenciones que hizo y cómo no, el coro final, que destacó con esas voces tan preciosas apoyando esos pedazos de temas. Felicito a algunos de mis alumnos que participaron también. Quiero mencionar a una persona a la que todos los Apaches queremos mucho, desde que fundamos el grupo anteriormente Geyser, él ha sido nuestra mano derecha siempre, luchador incansable, músico de toda la vida y que ahora está entre bambalinas pero que ha sido es y será alma mater de Apache. Hablo de mi gran compañero, que para mí es más que un hermano, el señor José Díaz, organizando todo siempre para que esté perfecto. Gracias, Pepillo. Y un servidor que tengo el gran orgullo de haber sido cofundador y componente durante muchos años y aún sigo en el difícil camino de la música, pero con la docencia.

No quiero extenderme más porque no habría espacio para mencionar todo lo que ocurrió en el concierto sinfónico de Apache. Decir que podemos estar orgullosos de la cantidad de artistas fenomenales que tenemos, que el público asistente se volcó con nuestros músicos, artistas y acróbatas. Dar las gracias al periódico JAÉN por haberme dado este espacio para decir de todo corazón lo que siento y que fue una noche mágica para la ciudad de Jaén. Gracias, JAÉN.