Nunca el tiempo es perdido

12 jul 2018 / 08:15 H.

Decía el inventor Edison que una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo. Hay momentos en los que compaginamos nuestras obligaciones diarias con otras que se convierten en una suerte de realización personal. Estas actividades al margen configuran lo que se denomina Curriculum B y créanme si les digo que por muy insignificantes que puedan parecer no pasan desapercibidas en los procesos de selección de personal. Son muchas las personas que estando inmersas en la ardua tarea de buscar empleo y que pese a no tener experiencia no han dejado de realizar tareas de voluntariado, trabajos en fines de semana y, sobre todo, jornadas en la época de recogida de aceituna. Colaborar cada año en la campaña olivarera de nuestra provincia bien se merece un espacio dentro del currículum, porque ello conlleva la adquisición de competencias muy valoradas en el mercado laboral como son el trabajo cooperativo y la cultura del esfuerzo. Eso que realizas, que piensas que no tiene valor más allá del ámbito personal o familiar, puede convertirse en la clave para conseguir el empleo que deseas, pues nunca el tiempo es perdido, como rezaba una canción de Manolo García.