mi capitán!

¿Quién no conoce la mítica frase de la película “El club de poetas muertos”? Extrayéndola de su contexto y conservando su esencia, hago uso de ella para hacerle llegar energía buena a un ser maravilloso. Porque hay personas de esas que llevan la luz consigo, seres de rostro amable y mirada sincera, seres de humanidad infinita. En estos tiempos en que todo se profana, en los que se ha ido perdiendo la verdadera esencia de las cosas. Tiempos en los que caemos a menudo en la trampa de lo inmediato para lanzarnos a una rutina toda boca que nos devora hasta hacernos perder el verdadero sentido de la vida. En esos tiempos y cuando arrecia tormenta, sabernos queridos por tantas personas debe convertirse en bastón para volver ponernos de pie, salir a la intemperie y seguir caminando bajo la lluvia. Y a ti, mi querido capitán, te sobran los motivos. Parafraseando al creador de una de las historias más maravillosas jamás creadas diré que: “Tener un amigo no es cosas de la que pueda ufanarse todo el mundo” (Antoine de Saint-Exúpery) Y créeme si digo que en tu ejército las filas se cuentan por miles.