Paraíso amenazado

05 ago 2017 / 11:29 H.

Se nos encoge el alma cuando llegan imágenes impactantes de la Sierra de Segura ardiendo. Da igual si estamos cerca o lejos, más aún, cuando sangre de El Yelmo, en mi caso, corre por mis venas. Llegan mensajes de amigos y familiares, que miran impotentes como el humo adelanta el ocaso del día. Se me vienen al recuerdo, imágenes de laderas frondosas de pinos, de olores entrañables y sonidos de naturaleza, que despertaron los sentimientos de amor a esta tierra en mi infancia y adolescencia. Y ahora, en un momento, en una mala pesadilla de sobremesa, todo se convierte en cenizas. El corazón del Parque Natural arde en un incendio forestal de grandes dimensiones, y amenaza con la modélica sostenibilidad de un entorno paradisíaco. El sentimiento de tristeza e impotencia se vuelve rabia y desprecio, cuando lees que el origen del incendio está en dos focos, y que muy probablemente sea intencionado. Dicen que los incendios se apagan en invierno, en un alegato crítico de inversión pública en prevención, más que en extinción reactiva. Pero ¿qué se puede hacer, cuando se gasta toda la energía en esa prevención, y luego llega un desalmado y prende fuego al orgullo de nuestra tierra? Ojalá capturen a las personas que han provocado esto, y ahoguen sus intereses entre rejas por muchos años. Desde aquí, un mensaje de ánimo y agradecimiento a todas las personas que trabajan por la extinción de este incendio. Veinte medios aéreos, y más de trescientas personas, luchan por apagar las llamas, protegiendo vidas humanas, y salvando algo más que el mayor bosque vivo del sur de Europa. Se levantan estas columnas de humo en pleno debate sobre la sostenibilidad de la industria del turismo. En Barcelona, varios grupos de radicales atacan a turistas, con el lema “el turismo mata las ciudades”. La estrategia del sector turístico en la Sierra de Segura, al igual que en el resto de la provincia de Jaén, es perfectamente compatible con un desarrollo sostenible. La hospitalidad de sus gentes, y una adecuada oferta, hacen de nuestra comarca un destino atractivo para los visitantes, sin riesgo a masificaciones. Incluso, el gasto medio por turista y día, supera la media andaluza, según la encuesta de coyuntura turística de Andalucía. Se incorpora como estrategia el proyecto OleourJaen, que consolidará un producto turístico basado en el oleoturismo, un segmento, donde Jaén, sin duda, es líder. Es deseo de todos, que este sector turístico sea vertebrador de riqueza y empleo. Para ello, es necesario, al margen de potenciar productos turísticos como el oleoturismo, que se lleven a cabo programas formativos orientados a la profesionalización y la calidad. El posicionamiento en las canales de venta en varios idiomas por internet, y la orientación de determinadas infraestructuras infrautilizadas hacia los visitantes son, igualmente, ideas para dinamizar este sector. La sostenibilidad del espacio turístico pasa por el equilibrio en el desarrollo del sector desde un punto de vista medio ambiental, económico, y social. El éxito de nuestra marca “Jaén, Paraíso Interior”, no es fruto del trabajo en exclusiva de instituciones públicas, pues sus beneficios, recalan igualmente en empresas privadas, instándose a que existan alianzas que compartan la ejecución de estas políticas. Tan importante es el paisaje, como el paisanaje, y la apuesta de las gentes de una comarca es un elemento clave para su desarrollo. Nos lo creemos y trabajamos por ello. Pocos sectores contribuyen más al empleo y al desarrollo endógeno como el turismo. Ahora toca, desde el observatorio astronómico de Hornos de Segura, desde nuestro Startlite más natural, pedir a las estrellas que se extinga este fuego ya, y que el humo, se sustituya por nubes de agua. Y que llueva, que falta hace.