Pasito a pasito

07 ago 2017 / 10:57 H.

Está dispuesto a todo. El fondo y las formas en las que se resolvió el congreso provincial en el que la militancia eligió al presidente provincial del Partido Popular tiene en pie de guerra a una fuerza política que no sale de una cuando ya está metida en otra. El conflicto abierto entre dos equipos bien diferenciados de unas mismas siglas se recrudece y, en un verano en el que los conatos pasaron a ser preocupantes incendios, el ambiente aparece cada vez más caldeado. El alcalde de Porcuna, enfrentado abiertamente a su homólogo de Santisteban del Puerto, promete dar marcha musical con instrumento judicial incluido. No dejará títere con cabeza y tampoco cejará en su empeño hasta demostrar incumplimientos que un juez tendrá que dirimir. Miguel Moreno aprovecha la tregua vacacional de la que no disfruta desde hace diez años para continuar con una batalla que, lejos de ser particular, extiende sus tentáculos por toda la provincia como una especie de efecto dominó. Lo próximo será recoger firmas y, despacito, pasito a pasito, moverá las fichas que estén a su alcance para que su voz se escuche fuera de Jaén.

En pleno agosto, cuando la canícula más sofoca, el equipo del aspirante fallido a presidente se reunió en el centro Guadalinfo de Torredelcampo. No estuvo mal la afluencia en una época propicia para el descanso. Los afines al “guerrero” porcunense pusieron las cartas sobre la mesa y, después del diálogo y la reflexión, optaron por seguir en la lucha diaria. Las impulsivas acciones que se barajaron en una reunión a puerta cerrada rozan un alarmismo que, lejos de ayudar a la parte contratante, beneficia a la oficialidad del partido dirigido por Juan Diego Requena. Los allí presentes, conscientes de que el pataleo tiene tanto sus pros como sus contras, tomaron la sabia decisión de prorrogar la presión, pero siguiendo las indicaciones de la canción del verano, suave suavecito.

Lo primero será impulsar una recogida de firmas entre la militancia para que las normas se apliquen de norte a sur y de este a oeste. Es decir. El Partido Popular tiene abiertos tres expedientes disciplinarios, pendientes de contenido, contra tres afiliados de la cuerda de Miguel Moreno que, al parecer, escribieron lo que no tenían que escribir en las redes sociales. Son el vilcheño Joaquín Fernández, el orcereño Fernando Medina y la porcunense Sandra Santiago. Están de acuerdo en que continúen los recursos hacia adelante si de verdad hubo incumplimiento reglamentario. Sin embargo, quieren que la tabla sea rasa para todos. Miguel Moreno está convencido de José Enrique Fernández de Moya y Javier Calvente se saltaron a la torera los estatutos y el dictamen del Comité de Derechos y garantías y no parará hasta que su propio partido aplique la misma disciplina que a sus propios compañeros. Así está la cosa. Las firmas, que espera que sean cuantiosas, llegarán hasta la puerta del propio presidente del Comité de Derechos y Garantías de Andalucía.

Primer paso. Luego habrá más. Protesta en la sevillana calle San Fernando, manifestación en la madrileña Génova y, si hace falta, huelga de hambre. Todo está pendiente de concretar y, aunque hay detractores ante tan revolucionarias protestas, queda mucho verano por delante. Mientras tanto, la división se enquista y hasta el salón de plenos de la Diputación Provincial de Jaén demuestra que ya nada es lo que era. Críticos y oficiales tienen cerrado en falso un conflicto convertido en un verdadero rompecabezas.