Pepe va de manifestación

18 mar 2018 / 11:46 H.

Pepe, 79 años a sus espaldas, de silueta encorvada por la edad y décadas de duro trabajo, es mi amigo. Sentado sobre una piedra, bajo la higuera, junto al pequeño huerto, para él no solo distracción, más bien significa la suerte de poder tener verdura y hortalizas sin necesidad de comprarlas. Con voz quebrada comenta que empezó a trabajar muy pronto, apenas recién cumplidos los ocho años. Desde entonces, hasta hoy, solo recuerda eso, trabajo. Fue cabrero, segó con la hoz, cavó olivos, trilló en la era, recogió aceituna... y aún así dice sentirse afortunado de no haber recurrido a la emigración, como si lo hicieron sus hermanos. Su pensión es de setecientos y pico de euros. Balbucea, no es justo pero es lo que hay. Pepe tuvo en casa a su madre hasta que falleció, era lo normal, los hijos cuidaban de los padres; no entiende como ahora le toca mantener a su hija y sus nietos, ella quedó sin sustento tras divorciarse de un salvaje que le pegaba, un día si y otro también. ¿Qué haces el sábado? ¿por qué no me llevas a la manifestación de Jaén? Solo me pide el cuerpo llorar.