Picaresca asociativa

05 sep 2018 / 08:44 H.

Solemnemente, el país de las Españas es uno de los países mediterráneos, de la estrepitosa Europa que no logra definirse en pro de afianzarse, donde el ADN del individuo camufla el gen pícaro que con toda naturalidad acepta la corruptela y la especulación hasta el punto de anular de la lista de pecados sociales a estas dos despreciables parientes de las ruines miserias del hombre contemporáneo. De siempre estuvo clara la existencia de dos tipos de asociacionismo; el elitista y el de base. Con sus semejanzas en el espíritu de su papel escrito; pero con una propia naturaleza superdefinida que va, en un caso: de la picaresca retorcida de la cultura torticera, y en otro caso: de la inocencia fresca de la cultura altruista. Ni están todos los que son ni son todos los que están, por ello quien esté libre de pecado que tire la primera piedra y es, desde este contexto, dentro del marco jurídico, en ambos casos, legítimamente desarrollan sus fines. ¿En qué tipo de asociacionismo encaja lo siguiente? Una asociación federada de Jaén que firma un convenio laboral, (denominado por algunos paisanos como un apaño del espectro de realidades sindical y empresarial de esta castigada provincia -que bien parece maldecida). Donde a través de dicho convenio se negocia y sale adelante un “plus compensatorio” de 10 euros por empleado que mensualmente habrán de recibir cada uno de los trabajadores del sector siempre y cuando el empresario o autónomo con asalariados no estén asociados a la asociación federada de Jaén, reseñada anteriormente, ya que si lo están, por obra y gracia de la normativa aplicada quedan eximidos de pagar tan raro plus a los trabajadores. Eso sí, como contrapartida no tienen escapatoria al pago de la cuota asociativa que contribuye y garantiza gran parte del sostén del organigrama y estructura de dicha asociación federada de Jaén. Ojito con otras federaciones o asociaciones sectoriales del espectro empresarial-autónomo-laboral de Jaén que pueden estar preparando este mismo pastel envenenado de picaresca asociativa donde en su reparto cada porción tiene plena garantía de contener ese raro “plus compensatorio”. Avisados de la desigualdad generada quedan tenderos, profesionales y resto de gremiales que ejercen su actividad bajo el paraguas de la provincia de Jaén.