Populismo

04 may 2017 / 11:09 H.

Cas Mudde refiere el populismo como movimiento de ideología tenue (cabe la indefinición, derecha o izquierda) con estas características: 1. Percepción maniquea y unívoca de la sociedad (dos grupos homogéneos y antagónicos: “Gente pura” y “elite corrupta”); 2. Alusión a los problemas más lacerantes del pueblo y 3. Recurso sistemático al sentimiento, con riesgo de caer en sentimentalismo sobre la racionalidad. El fenómeno no es nuevo ni desconocido. Apareció en USA, cuando el partido demócrata arengó a la América rural frente al elitismo urbano. Y también en la Rusia imperial, bajo el término equivalente “narodnichestvo”. Surge tras el fracaso del sistema o de los políticos tradicionales. Entonces ocurre que alguien toma sobre sí el agravio del pueblo y es aclamado como interlocutor único y directo entre la soberanía y el ejercicio del poder. Hoy triunfa en Europa con riesgo para la Unión, sede, según el populismo, de políticas neoliberales que derivan los efectos de la crisis hacia los más débiles o que desconfiguran el ser nacional de los pueblos.