Primarias y Penélope

20 may 2017 / 11:21 H.

A estas alturas no se sabe cuántas veces Pedro Sánchez habrá soñado durante las últimas noches con Penélope Cruz. Esta actriz mezcla la belleza racial y suburbial de las chicas de Alcobendas (Madrid) con la elegancia llena de un glamour siempre dispuesto para el papel couché de las estrellas de Hollywood, y un remoto y memorable día, en la entrega de los Oscar, Penélope decidió pasar a la posteridad al gritar el nombre del galardonado de la manera estrafalaria con la que las madres llamaban a sus hijos en Alcobendas a la hora de la merienda: “¡¡¡Pedro!!!”. Y al escuchar ese grito a través del bosque de los sueños, de la selva oscura del dormir, que escribió Francisco Umbral, inmediatamente Pedro Sánchez se incorpora en la cama, apoyando sobre el colchón Flex sus brazos con un bíceps como un queso de bola, y toma conciencia de que simplemente se trata de un sueño y de que no ha ganado las primarias, al menos todavía, y le queda por delante una larga jornada de campaña y carretera.

Las primarias están constituyendo un éxito mediático, pero suponen un fracaso para la Gestora. Javier Fernández y Mario Jiménez creyeron, tal vez con buena intención, que el paso del tiempo iba a curar, o al menos a mitigar, las profundas heridas surgidas en el catastrófico comité federal socialista del 1 de octubre, que acabó con la dimisión de Sánchez como secretario general, pero lo que ha sucedido es que esas heridas han empeorado con el paso de los meses. El ánimo de los militantes sigue encendido. Y ha dado tiempo incluso para que Manuel Valls, tras asomarse al balcón de su casa en un París que se está quedando sin vanguardias artísticas, exclamase: “Doy por muerto al Partido Socialista Francés”. Y nada hay más doloroso para el paciente de un hospital que ver morir a su compañero de habitación, postrado en la cama de al lado.

A Susana Díaz la compararon en su momento con Felipe González, pero el paso del tiempo ha demostrado que ella no es Felipe González. Felipe solo hubo uno, en un momento decisivo, pletórico de brillo y esperanza en el que España cantaba a la libertad sin ira. Pero Juan Carlos Monedero considera ahora que cuando entonces debió haber más ira. Pero esa es otra historia. A Susana la acompañaron el día que anunció que concurría a las primarias socialistas el propio Felipe, Alfonso Guerra, Zapatero y Rubalcaba, entre otros, y serán los analistas políticos quienes, con la perspectiva que proporciona el paso del tiempo, deberán determinar si aquella foto resultó lo positiva que se esperaba, o hubo militantes que maliciosamente vieron en la fotografía a algo parecido al palco del Bernabéu, pero con la Internacional como fondo y no con el himno de las mocitas madrileñas. En las primarias, además, se está dando un mal de nuestro tiempo de cuya peligrosidad advierte el dramaturgo Miguel del Arco a través de un personaje en la colosal obra teatral “Refugio”: “Somos tan beligerantes en defensa de lo que opinamos que tal vez hemos olvidado pensar lo que defendemos”. El ganador de las primarias se conocerá mañana domingo casi a la misma hora que el equipo campeón de Liga. Solo faltaba, para algunos, que el campeonato se lo llevara contra pronóstico el FC Barcelona. No se sabe si Pedro Sánchez habrá seguido soñando con Penélope Cruz. Tal vez, tras el debate televisivo entre los tres candidatos del pasado lunes, también se le haya aparecido Patxi López en sus sueños: —“Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación”?