Primavera trompetera

27 mar 2017 / 11:33 H.

Está aquí. La primavera trompetera ya llegó. Preparada para acampar y construir un hogar tan fugaz como ella misma, amenaza con revolucionar los espíritus de quienes tienen el alma en vilo por cuestiones ajenas al amor. Hay ocasiones en las que es la política la única capacitada para mover montañas y, cuando la sangre altera, afloran estados de ánimo con una virulencia que asusta. La estación más templada del año tiene el ambiente más caldeado que nunca. Populares y socialistas están que arden. Sus particulares peleas de enamorados hacen que la militancia viva con el corazón “partío”. El cuerpo a cuerpo entre líderes que buscan liderazgo sitúa las espadas en alto cuando ya están cambiadas las agujas del reloj. En la calle San Clemente, la lucha entre quienes están abocados a disputar la presidencia del Partido Popular de Jaén, José Enrique Fernández de Moya y Miguel Moreno, provoca el mayor estallido de los últimos tiempos. En la calle Hurtado, se agudiza la expectación por la casi polarizada batalla entre quienes aspiran a encabezar el Partido Socialista en España, Susana Díaz y Pedro Sánchez. Porque todavía existen dudas de que Patxi López llegue hasta el final de la encarnizada disputa política.

Las bases del socialismo tuvieron un excepcional protagonismo el último domingo de marzo. No le dolieron prendas en romper las huchas del largo invierno para subir al autobús que las trasladó hasta Madrid. Quince autocares partieron de la provincia de Jaén y, aunque muchos de los madrugadores jiennenses no pudieron seguir la puesta de largo de la “faraona” en riguroso vivo y directo, se contentaron con estar en un pabellón próximo preparado para la ocasión.

Tres años desde que pasó el primer tren, la indiscutible lideresa de los socialistas andaluces anunció su candidatura a la Secretaría General de la fuerza política a la que representa rodeada de los suyos. En su entorno se atreven a asegurar que la presidenta de la Junta de Andalucía tenía el 70% del poder orgánico de toda España antes de su presentación oficial.

Con el rodillo territorial en marcha para llegar hasta el más recóndito lugar de los cuatro puntos cardinales que rodean a Despeñaperros, el equipo de coordinadores de campaña en cientos de agrupaciones de las cincuenta provincias españolas busca avales para apabullar al principal adversario.

La dirección que encabeza Francisco Reyes está con ella. Indiscutible es su respaldo a la mujer con la que selló la paz interna para soltar el dificultoso lastre de la vertiente crítica. Incuestionable resulta también el poder de influencia del secretario general del Partido Socialista de Jaén entre los suyos. Los partidarios de Susana Díaz Pacheco están convencidos de que, solo con el aparato, la andaluza tiene todas las mimbres para ganar en las primarias. Sin embargo, no hay que dormir en los laureles y, lejos de pensar que la batalla está saldada, engrasan la maquinaria de guerra para vencer antes de ser vencidos. Abrumador es el despliegue orgánico y territorial, pero Pedro Sánchez y quienes buscan apoyos para él demuestran éxito de afluencia a los actos organizados. No hace falta salir de la provincia de Jaén para comprobarlo. Las casas del pueblo desde las que llaman a las bases se llenan de socialistas, anónimos y no tan anónimos, que aspiran a doblar el pulso al aparato. Difícil lo tienen en una tierra en la que Susana Díaz, por aquello de jugar en casa, los efectos colaterales de su implicación personal tendrán un efecto positivo. La de ella y, en realidad, la de sus ocho secretarios provinciales. Así es la primavera.