Principito ¿andaluz?

17 may 2017 / 10:51 H.

Una vieja copla afirmaba que “Hay quien dice de Jaén que no es su tierra andaluza”. Y resulta que así va a ser si nos detenemos en esa incalificable traducción al andaluz que un autodenominado “indígena andaluz” ha pergeñado. ¿Alguien de nuestro Jaén puede entender algo de semejante desatino? ¿Hablamos o escribimos así?

El autor, Huan Porrah, según pide que se le llame, pertenece a esa rica academia multicultural que nos ha dado miembros tan destacados como Cañamero o Bódalo y que no es otra que el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). Mejor no recordar sus actuaciones/proclamas y centrarnos en esta psicodélica “traducción” de la obra de Saint-Exupéry. Solo enmarcando la iniciativa en esa especie de proceso de “podemización” de la cultura que proclaman los antes citados podríamos entenderla pero, desde luego, ni aplaudirla ni darle relevancia alguna. No es así como se levantan los pueblos, hundiéndolos en clichés deformados, retorciendo su historia y su lengua cuando no aplastando la noble ortografía en un lodazal de populismo barato que enmarca a Andalucía en un innoble y risible espejismo que ni puede llamarse “idioma andaluz” ni representa a nadie de esta tierra más que a quienes pretenden hacer zozobrar sistemas y futuros en aras de su propia exaltación. Vergüenza es el primer sentimiento que me asalta al intentar descifrar lo “traducido”. Y luego desazón por ver que, de nuevo, Andalucía se ve colocada en el disparadero del tópico para burla y escarnio de quienes nos observan. No contentos con editar este nuevo Principito ilegible, incomprensible e ininteligible, el SAT anima a colegios, institutos y otras instituciones docentes a divulgarlo entre nuestros chavales. ¿Cuántos pasos atrás daremos con ello? ¿Nadie va a impedirlo? La radicalidad populista va escalando puestos y ya no se conforma con “denigrar” el Congreso de los Diputados con sus circenses espectáculos. Ahora van a por el espíritu andaluz y lo secuestran y sepultan bajo un nuevo exabrupto de los que acostumbran. No nos merecemos estos regalitos envenenados. Somos andaluces serios, trabajadores esforzados, gentes de alma noble. Aunque a algunos les pese.