Puntos y comas

20 sep 2017 / 13:10 H.

No he visto al nuevo equipo del Real Jaén nada más que en dos partidos. No es mucho, pero sí suficiente como para hacerme una idea, poco rigurosa todavía, de lo que pueda ir esperándose del rendimiento conjunto e individual de cada jugador. Sé que la palabra crítica no está muy bien vista en muchas ocasiones, porque enseguida se entiende como “criticar”. Y no es así. La crítica, cuando es honesta, bien intencionada, no debe perjudicar nunca y, en muchas ocasiones, hasta puede ser conveniente para intentar mejorar, que es lo que todos queremos. Porque en el fútbol, como en todas las actividades, hay cosas que son susceptibles de mejora y otras que no tienen arreglo.

En las dos ocasiones que vi al Real Jaén observé casi las mismas virtudes e idénticos errores, con muy ligera mejoría en el segundo encuentro, ante el Torremolinos. Claro que todo esto también está en relación con la entidad del adversario, su potencialidad o el acierto que pueda tener ese día. Ya dije que el equipo jiennense carece de una columna vertebral con personalidad y contundencia. En la medular se dejan huecos pocos convenientes y se tarda en armar la jugada. Por eso, la elaboración en general es parsimoniosa y previsible. Falta desborde y profundidad, más mordiente y vivacidad, y existen notables carencias en el juego aéreo. Y si se suma la falta de acierto y suerte en el remate, los encuentros se ponen muy cuesta arriba. Ya sé que estamos hablando de un equipo totalmente nuevo, donde no quedó ni atisbo de jugadores anteriores. No es fácil, cuando la pretemporada tampoco estuvo demasiado bien diseñada, formar en tan poco tiempo un bloque fuerte, homogéneo, con una filosofía bien asimilada por todos.

Es bueno que, aunque se consigan pocos goles, tampoco se encarguen demasiados. Poco a poco, se van descubriendo detalles esperanzadores de algunos jugadores. Y bien pueden sorprendernos si continúa la progresión. No voy a exponer la opinión que hasta ahora tengo de cada uno de ellos, pero sí puedo decir que Nando Copete es uno de los que mejor sabe merodear por el área rival, junto a Víctor Armero. De todas formas, para armar bien el conjunto, se echa de menos un central que mande, un medio que organice y un poco más de artillería con un delantero centro que gestione bien los balones largos y vaya bien por arriba. Por pedir que no quede.