Que corra el agua por el río Zumeta

Una hidroeléctrica a cargo de Iberdrola coge el agua del precioso río Zumeta para fines industriales y seca su caudal >> La Confederación del Segura parece estar ciega, porque la empresa quiere invertir (dice) pero no encuentra la autorización >>

16 dic 2018 / 11:34 H.

Hay rincones maravillosos en la provincia de Jaén, nada nuevo o quizá sí, que ahora presumimos de ellos y no hace tanto tiempo los teníamos guardados como paño en arca. Da igual donde uno se adentre, cada quien tiene su debilidad y cierto que para muchos de quienes amamos esta tierra de paso de caravanas durante tantos siglos de historia uno de los rincones más emblemáticos es Segura, la provincia marítima para los barcos de las Américas. Hasta allí deberíamos irnos todos con nuestros pensamientos y ponernos manos a la obra para luchar contra la desecación del río Zumeta, afluente del Segura, a quien receba con sus aguas en Las Juntas, la división natural entre Albacete y Jaén. Si no conocen el enclave, se lo recomiendo, es belleza en estado salvaje, paz y tranquilidad entre aire puro, que ahora se quieren cargar. Un murciano, Antonio Guirao, amante de Segura, es quien ha dado la voz de alarma; sigamos sus pasos, fijemos la diana reivindicativa en la Confederación Hidrográfica del Segura y en la empresa Iberdrola. Han saltado todas las alarmas y este periódico se ha hecho eco de una reivindicación minoritaria pero muy justa, un río sin agua no es río y el Zumeta da vida a un trozo espléndido de Jaén, con una vegetación endémica sin igual, una ribera frondosa de árboles que llegan al cielo y unos tajos donde reina el paciente vuelo de las águilas y los buitres. No podemos permitir que la actividad industrial de una hidroeléctrica nos deje sin vida natural, dónde está la autoridad competente que tan estricta es cuando quiere. Ahora que todo ha salido a la luz, salen y dicen unos y otros que todo está en estudio, pero mientras se pone en marcha una inversión millonaria que dicen que está en el cajón, preparada. No hay agua, no hay ranas ni algas; no corre el agua, no hay peces ni crecen los microorganismos; no riega el agua el cauce, los pájaros huyen y se secan los manantiales subterráneos... Cada vez nos quedan menos banderas, porque cuando alzamos la voz nos callan, a ver si con esta injusticia somos capaces de que seamos más que quienes mandan silencio permanentemente.