¡Qué cosas pasan!

24 abr 2017 / 11:54 H.

El Barón de Montesquieu, que en paz descanse, estableció como dogma del Estado de Derecho la separación de poderes: que el Ejecutivo gobierne, el Legislativo legisle y los jueces juzguen. Luego, adquirido el poder —eso sí, democráticamente—, quien lo tiene trata de controlar los demás, o lo que es peor, hacer lo que hacen los demás. Hacer leyes y juicios. Es un problema especialmente reiterado en España con el Poder Judicial en la democracia, que tiende a ser mediatizado —cuando no sustituido por los partidos que controlan el Parlamento— y, en ocasiones, so pretexto de fiscalizar al Gobierno vía responsabilidades políticas pretenden enjuiciar more judicial a toro pasado, y no es eso. El Parlamento andaluz, recientemente, sin despeinarse, por una carambola ha exculpado a Chaves y Griñán en el tema de los ERE, después de que jueces en varios procesos llevan años viendo indicios. Sin juicio, ni acusación, ni defensa, un puñado de votos ha enmendado la plana a un poder del Estado. ¡Toma ya!