¡Que no hay turistas!

22 may 2016 / 11:01 H.

Cuando me preguntan qué es de lo que más me gusta de Jaén, siempre contesto “¡que no hay turistas!”. De hecho, si Jaén tiene un mínimo de calidad de vida, de precios moderados y de vida en la calle es porque aquí no hay turismo, o al menos no hay turistas de masas que todo lo invaden y terminan por convertir en un simulacro. Los grandes estudios afirman una doble paradoja, es de los pocos fenómenos sociales que no produce un beneficio directo en la población que lo soporta y termina por ser un problema ecológico, gastan mucha agua, espacio y producen una cantidad de desperdicios; de orden económico, los trabajos que producen son precarios, estacionarios y clasistas, y no benefician a los negocios locales y sólo a las grandes cadenas del hospedaje y la restauración; crean problemas de orden social, policial y de salud pública. Y lo peor, desplazan a la población local a la marginación, el exotismo y la vida simulada. Por eso me alegra tanto de que no haya turistas en Jaén, lo que tiene que ver con nuestro desajuste económico y con las pésimas campañas de marqueting, que nos venden como un interior atrasado, mojigato y apegado a la narración histórica más castiza y rancia.