Reformas del trabajo autónomo

28 oct 2017 / 11:31 H.

Uno de los principales indicadores de la salud de la economía en un territorio está en el crecimiento del empleo y del número de personas autónomas. Lamentablemente, el tejido empresarial en nuestra provincia apenas se canaliza a través de grandes empresas, y la microempresa es la principal fórmula empleada por promotores de negocios. Estas pequeñas entidades tienen como protagonistas a personas que se caracterizan por su valentía, determinación y pasión por convertir en realidad un proyecto empresarial. Son las personas coloquialmente denominadas autónomas, en referencia al sistema de cotización a la Seguridad Social, que es el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Los hay en todos los sectores, aunque en nuestra provincia principalmente desarrollan su trabajo en el sector servicios y en el mundo agrario. A estas personas se les percibe como verdaderas heroínas que son capaces de superar enfermedades sin darse de baja, echar jornadas infinitas o considerar como merecidas apenas dos semanas de vacaciones al año. Sin embargo, su tratamiento genera en multitud de casos una situación de desventaja con sus homólogos en el Régimen General, los trabajadores por cuenta ajena. Permitir que estas personas emprendedoras tengan un buen tratamiento, debe ser una obligación de todas las administraciones públicas, ya no sólo por su contribución a la economía y el empleo, sino porque en la medida en que eliminemos barreras al acceso a tal condición, evitaremos la tan dañina economía sumergida. Y esto es importante, porque las empresas no sólo generan riqueza creando puestos de trabajo, sino también realizando una labor de recaudación de tributos y cotizaciones, que se destinan al tesoro público, contribuyendo de forma altruista al mantenimiento del Estado. Es por este motivo, por el que se ha aprobado, recientemente, la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo. Entre las medidas más destacables figura la posibilidad de cotizar por 50 euros al mes durante un año para nuevos negocios. El coste del autónomo supone la principal barrera para emprender pues ataca directamente al umbral de rentabilidad de cualquier proyecto que se inicie. Es una mochila demasiado pesada, como para atravesar una larga caminata. Con esta tarifa plana, se asegura que el primer año, se podrán sacrificar rentabilidades para obtener el crecimiento deseado. Esta medida se prolongará con bonificaciones a jóvenes menores de 30 años y mujeres menores de 35 durante tres años. Igual tarifa de 50 euros mes tendrán las mujeres que se incorporen tras su maternidad y una exención del 100% de la cuota durante 12 meses por cuidar de menores y dependientes, lo que supone una ayuda para conciliar la vida familiar y empresarial. Igualmente, la prestación por paternidad o maternidad será del 100% de la Base reguladora. Estas bonificaciones serán compatibles con la contratación de asalariados, teniendo una bonificación del 100% si contrata a un trabajador indefinido. Incluso tal bonificación es extensible si se contratan como asalariados indefinidos a familiares de la persona autónoma. Además, se contempla la posibilidad de una cotización en función al número de días de trabajo, y no por el mes completo como hasta ahora. Fiscalmente se admiten como deducibles más gastos incluidos los de hostelería y restauración, curiosamente, si se utilizan medios electrónicos de pago. En definitiva, no hay que ser un gran analista para darse cuenta de que este tipo de medidas que favorecen al trabajo autónomo no tienen coste económico para las cuentas del Estado, sino que en momentos de expansión económica como el que vivimos, contribuyen al afloramiento de economía y por tanto a una mayor y mejor gestión de los recursos.