Relajemos la mente, venga la calma

En el granero socialista que siempre ha sido Jaén en democracia, salvo contadas ocasiones en grandes ciudades, capital aparte, se ha dado el vuelco: 47.53% de los votos de la izquierda frente al 47,84% de la derecha >> Lo próximo, las municipales

09 dic 2018 / 11:09 H.

Parece que fue hace una jartá de tiempo. Es tal el vendaval de acontecimientos que vivimos a diario que lo que sucedió tan solo hace una semana suena a lejano, muy lejano. Y no es así, es presente, además un presente que supondrá un antes y un después o dicho de otra forma, ya nada será lo mismo. Presente de indicativo: votamos algo inesperado, no predecible por las sabihondos que hacen las encuestas y que no detectan el runrún de la calle, harta de más de lo mismo, de los mismos con sus fechorías en los telediarios y convencida de que su voto sí que vale. Su voto, más la abstención combativa de quienes se quedaron en su casa convencidos de lo que hacía. De la misma realidad que no permite creer tantísimo ultraderechista suelto como se nos señala para que tengamos miedo está hecha la certeza de que mucha gente fiel a unas siglas ha dicho basta, por ahí no paso. Todo ha saltado por los aires. El 2 de diciembre de 2018, día de las elecciones andaluzas adelantadas tres meses para que no fraguara Adelante Andalucía, porque la batalla de las primarias en el PP había sido cruel entre Moreno Bonilla y Casado y Ciudadanos se había inventado una apocalíptica ruptura con los socialistas tras tres años y medio poniéndoles la alfombra de los presupuestos o, también, para que no siguiera la sangría del juicio de los ERES, todo saltó por los aires con la propia e inesperada abstención socialista y con Vox, el partido del eslogan de que la Reconquista de España empieza por Andalucía, el partido al que 400.000 andaluces han encomendado una cuestión nada baladí: “Estamos hartos de que en cada lío entre las distintas Españas se rían de nosotros, del Sur que siempre calla, defiéndannos”. Es una lectura política simplista, sí, hay más componendas, claro, pero la savia es esa (más la pérdida de la careta de quien siempre fue de extrema derecha). Es Vox quien se ha cobrado la factura de la inacción del Gobierno de Sánchez con los independentistas y los enemigos de la Constitución. La factura que los políticos pagarán por Cataluña viene a plazos, no cabe la menor duda, mayormente rentabilizada por Vox, pero también por Ciudadanos, dependiendo de su nada fácil estrategia post elecciones andaluzas.