Resistencia tóxica

11 jul 2018 / 08:34 H.

La Selectividad acaba de anunciarnos los resultados que abren las puertas a las infinitas oportunidades de futuro que se abren para buscar un mundo mejor. Hasta en el caso de Andalucía, la decisión del ahorro de tasas universitarias acerca a las maltrechas economías a alcanzar nuevos retos a los que dar respuestas en el panorama actual pleno de incertidumbres.

El tiempo fresco de junio, con sus efectos en el mundo del comercio y el alivio a la vez a las fuertes olas de calor de otros tiempos, nos ha metido en pleno verano de agosto que, con una presencia de vértigo, pone la cruda realidad al alcance de la mano. A vuela pluma no hemos podido pasar de ver que los acontecimientos nos superan y a tropezones nos preparamos una empanada mental que enturbia con creces las posibilidades de procesar esas inquietudes con las que podemos incidir en mejorar la vida de la gente.

Las novedades de grandes cambios de gobierno, las resoluciones judiciales para el mundo de la política, los procesos abiertos para importantes colectivos relevantes, adobado todo con importantes decisiones tomadas en el mundo económico, sociopolítico y cultural, generan un estado de decisión y opinión en que las actitudes ante lo que nos preocupa, crean un ambiente de pesimismo que aleja soluciones medianamente consensuadas y aceptadas. Niños en riesgo de exclusión social en los que se tapan con parches las grandes necesidades detectadas, mayores retrocediendo en pensiones cuando se han superado acuerdos de mejora, derechos constitucionales, humanos y civiles retrocediendo ante posicionamientos radicalizados que retornan a las cavernas políticas y mediáticas donde sacar tajada de desgaste que erosionen planteamientos diferentes. El todo vale para lograr el triunfo de cuando peor, mejor, siempre que la bandera del progreso esté enmarañada con la resistencia tóxica al bienestar común.

La presencia catalana de ayer en Moncloa y la moción de censura en el debate parlamentario días pasados evidencian a las claras como los anhelos de justificación de unos y otros, lejos de arrojar luz sobre lo propuesto, solo generan un enroque que amarra al bucle del disco rayado.