Respeto

14 ene 2016 / 09:39 H.

La Navidad se desvanece convertida en espejismo cual oasis en el desierto. Aún las guirnaldas de colores cuelgan de las calles carentes de sentido pues la luz ya no les pertenece. Para algunos estas fechas no habrán sido más que un receso, vacaciones tal vez, en contraste con los que sus días festivos se hayan sucedido colmados de excesos. Respetable de cualquier forma. Después de la tempestad siempre llega la calma, calma cuesta arriba, pero calma, al fin y al cabo. Si inaugurábamos la Navidad con una cita ineludible con las urnas, para claudicarlas hemos sido testigos de cómo en algunas ciudades españolas se llevaban a cabo las pantomimas más esperpénticas de nuestras costumbres. Reyes magos convertidos en magos de tres al cuarto con disfraces de los últimos carnavales y “reinas magas” fuera de contexto que más parecieran sacadas de alguna película de bajo presupuesto. No se trata de defender las posturas políticas de los unos ni de los otros, se trata de respeto hacia aquellos que deciden vivir sus costumbres, respeto hacia la ilusión de los niños, esos a los que, al parecer, nadie ha tenido en cuenta.