Ridículo previsto

17 may 2017 / 10:51 H.

El Festival de Eurovisión dejó de interesarme hace muchos años. Desde aquellos lejanos tiempos en que representaban a España cantantes como Raphael, Julio Iglesias, Karina... y otros por el estilo. Luego, el festival se descafeinó al descender el nivel de los artistas y, sobre todo, por el contubernio pactado por algunas naciones de votarse las unas a las otras. Quiero decir que el ridículo que nuestro país hizo el pasado sábado, en Kiev, me trae sin cuidado. Es más, fue un ridículo anunciado y previsto a juzgar por la forma en que fue elegido el candidato. Una final de “Objetivo Eurovisión” que yo presencié porque me encontré con el programa zapeando y tuve la paciencia de aguantar por el descarado tejemaneje que se apreció, urdido por dos de los tres miembros del jurado, influidos por uno de ellos, creo que se llama Xavi Martínez, que se empeñó en que el ganador fuese su amigo, el cantante Manel Navarro.

En aquella final, la ganadora fue la cantante Mirela, porque su canción era mejor y su arte superior al de Manel. La votación del público fue favorable para Mirela pero con la puntuación del jurado quedó en un empate que debía desempatar el propio jurado. Las maniobras del tal Martínez decidieron dar el triunfo al cantante catalán, ante el estupor del propio presentador del programa, Jaime Cantizano, y las protestas del público existente en el plató. El resultado estaba ya previsto, amañado, con el visto bueno de Televisión Española, patrocinadora del concurso. Que Manel Navarro, con una incolora y aburrida canción, encima cantada en inglés, iba a hacer el ridículo en tierras ucranianas y donde se hubiera presentado con ese patético bagaje era previsible. ¿No hay en España talento para poder aspirar a algo más digno? Claro que sí, pero yo creo que esto de Eurovisión nadie se lo toma realmente en serio, ni siquiera Televisión Española.

Angel Llácer, que fue profesor de la academia de “Operación Triunfo”, de cuyos ganadores salieron cantantes que representaron a España en Eurovisión, ha publicado un twiter en el que acusa a Televisión Española y a los responsables de la elección de la debacle sufrida en Kiev. “Los tongos se pagan caros”, decía Llácer. Insisto en que paso de todo esto.

No es la primera vez, ni será la última, en que un concurso de amaña. Pero ya que se comete una superchería, al menos que sean inteligentes y lo hagan para ganar.