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23 oct 2017 / 10:10 H.

Afortunadamente el binomio San Lucas-Agua como era tradición, nos ha dejado la lluvia tan ansiada. El agua recibida es bienvenida para la recuperación del olivar de regadío, pues en algunas zonas los síntomas por falta de agua debido a la situación de pozos que no dan más, era necesaria aunque llegue tarde. La situación es complicada para el secano, salvo en zonas más húmedas de la provincia, si bien el agua ayudará a aumentar el tamaño del fruto no olvidemos que a estas alturas de calendario y por las condiciones de temperaturas y escasez de agua, el fruto esta en un estado adelantado de madurez y con un tamaño muy reducido, por lo que habrá que plantearse si adelantar la recolección.

El agua cuando cae en su fecha es fundamental para potenciar la lipogénesis (formación de aceite) y evitar que la planta sufra un desgaste fisiológico que afecte a la cosecha actual, y a las próximas pero al día de hoy, la planta ha empleado todos sus mecanismos para amortiguar la sequía, el fruto está muy adelantado y el contenido de grasa será menor, como ya ocurrió en la pasada campaña.