Se barrunta borrasca

Soplan aires que barruntan nubarrones. La PAC se negocia a la baja, hablamos de unos 400 millones que pueden soplarnos por la cara. A esto se ha de sumar lo que están haciendo con los precios del aceite. Ambos factores juntos pueden ser la puntilla final. Vista la ineficacia propia para que la concentración sea una realidad en un sector súper atomizado, que somos incapaces de envasar siquiera la mitad de la producción y lo mucho que debemos aprender aún en marketing, los grandes grupos, todos de fuera, juegan con los precios a su capricho. Este situación en nada nos beneficia, sin duda alguna. Los orígenes de la borrasca que se intuye en el horizonte son de un cambio climático provocado en los despachos madrileños y de Bruselas. Están jugando con nuestro futuro, creando una inestabilidad que hará desistir a muchos agricultores para seguir cultivando sus olivares. Así, las pequeñas explotaciones pasarán a manos de los grandes propietarios, en su mayoría forasteros por estas latitudes. A este cielo gris y plomizo solo le faltaba que Trump se fijara en nuestra aceituna.