Semana de educación familiar

15 mar 2017 / 11:15 H.

Durante la pasada semana hemos celebrado en la parroquia de El Salvador, en Jaén, la tradicional Semana de la Educación Familiar. Con la de este año ya son once los años en los que esta parroquia celebra unas jornadas dedicadas a la familia, poniendo especial énfasis en la educación dentro de su ámbito. Durante estos días, Inmaculada Martínez, especialista en crecimiento personal y familiar, nos dio herramientas para afrontar la educación de los hijos ante la difícil situación de una separación. El párroco, Francisco Rosales, también nos señaló caminos para fortalecer la educación de nuestros hijos desde la Amoris Laetitia. El sábado por la noche oramos con la música de Hesed, grupo formado por una familia cristiana que se sienten instrumentos de Dios con sus voces y canciones; Javier, Mati y su hija Blanca, nos hicieron reflexionar y fueron capaces de tocar los corazones de los allí presentes. El domingo por la mañana celebramos la Eucaristía, fiesta de la familia, en la que pudimos rezar por todas las familias y, en especial, con dos matrimonios de la parroquia que, durante este año, cumplen sus 25 y 50 aniversarios de boda. Ha sido una semana para la formación, el crecimiento, la oración, la celebración y la reflexión. La educación es la clave del futuro, por lo que se agradece la generosidad de todos los que han participado en estas jornadas que, de forma altruista, han contribuido a que los asistentes podamos transmitir a hijos y nietos una educación de mayor calidad, una educación en la que las emociones y los sentimientos jueguen un papel decisivo, una educación que no termina nunca, porque todos los días tenemos que aprender a ser, aprender a hacer, aprender a conocer y aprender a convivir. Todos nuestros actos y pensamientos educan; tenemos que ser conscientes de ello, y si a menudo nos quejamos de actitudes incívicas que nos molestan, nos fastidian y nos provocan miedos, mucho más es el tiempo que debemos de emplear en formarnos para transmitir valores de respeto y convivencia. Frente a la preocupación, la ocupación, y qué mejor que con una buena educación.